Sinopsis:
Pressia apenas se acuerda de las Detonaciones y menos todavía de cómo era
la vida en el Antes. En el armario donde duerme, entre los escombros de una
antigua barbería donde vive con su abuelo, piensa en todo lo que se ha
perdido, en cómo el mundo se transformó de una sucesión de parques de
atracciones, cines, fiestas de cumpleaños, padres y madres en ceniza, polvo,
cicatrices, quemaduras y cuerpos dañados, fundidos con objetos extraños.
Están aquellos que se escaparon de la Apocalipsis sin daño alguno, los
Puros. Viven a salvo, dentro de la Cúpula que protege sus vidas, seres
superiores y sanos. Pero Perdiz, cuyo padre es una de las personas más
influyentes de la Cúpula, se siente aislado y solo. Diferente. A menudo
reflexiona sobre la pérdida, probablemente porque su familia está rota: su
padre es un ser distante y estricto, su hermano se suicidó, su madre no
consiguió refugiarse en la Cúpula a tiempo. Aunque tal vez se trate de
claustrofobia: siente que la Cúpula se ha convertido en un envoltorio rígido.
Así que cuando por casualidad escucha unas palabras que le indican que su
madre podría continuar viva, Perdiz lo arriesga todo, incluida su vida, para
salir a buscarla.
Fusión
Sinopsis:
Cuando llegó el fin del mundo, aquellos que vivían en la Cúpula estaban a salvo.
En el interior de su mundo de cristal, los Puros continuaron viviendo, sin marcas,
sin deformaciones, mientras que los de fuera, libraban una batalla diaria por la
supervivencia entre el humo y las cenizas.
Tras el secuestro de una joven miserable y después de limpiarla de todas sus
fusiones e imperfecciones, la chica solo es capaz de repetir una y otra vez el último
mensaje de la Cúpula: Queremos que se nos devuelva a nuestro hijo. Esta chica es
la prueba de que podemos salvaros a todos. Si os negáis a escuchar nuestra
petición, mataremos a nuestros rehenes. Uno por uno.
Willux hará lo indecible para que Perdiz regrese a la Cúpula, incluso si se trata de
asesinato. Perdiz acabará por sacrificarse y volver, con la esperanza de poder
provocar la caída de la cúpula desde su interior. Lo que no espera es seguir
descubriendo secretos escalofriantes sobre su padre.
En el exterior, Pressia, Bradwell y el Capitán se dedican a descifrar secretos del
pasado que han encontrado en una de las Cajas Negras, secretos que podrían librar a
los miserables de sus fusiones para siempre.
Una aventura épica que arrastra a los lectores de la belleza a la brutalidad, Fusión
continúa la historia de dos personas que pelean por salvaguardar su futuro y cambiar
el destino del mundo
Burn
Prólogo:
Bradwell
Él conocía el final. Podía verlo casi tan claro como vio el principio.
-Empieza allí, -Susurró al viento. Sus alas eran gigantescas. Las
plumas aleteando; algunas eran arrastradas a sus espaldas. Tiene
que tensar sus alas contra el viento mientras camina, atravesando
los campos de rastrojos hacia el risco de piedra. Quiere retroceder,
hacer un túnel y cavar hacia el niño pequeño que una vez fue.
Esto es lo que nunca le había dicho a nadie.
Él no estuvo durmiendo durante el asesinato de sus padres; quería
creer que lo había hecho.
Después de que los hombres entraron a su casa, un altercado lo
despertó, su madre gritando, probablemente justo antes de que ella
y su padre fuesen disparados. Bradwell había sido advertido sobre
gente entrando a la fuerza en su casa. Rápidamente se levantó de
la cama y se escondió debajo de ella.
Vio un par de botas en el espacio entre la falda de la cama y el
suelo. Se apostaron al lado de su litera, y entonces uno de los
asesinos –próximamente, su asesino— se arrodilló, levantó la tela, y
por un momento, estuvieron cara a cara.
Bradwell no se movió, aguantó la respiración. La cara del hombre
era larga y angular, con una barbilla levemente torcida. Tenía ojos
azules.
Finalmente, sin una sola palabra, dejó caer la falda.
Le dijo al otro hombre que se encontraba con él:
-El chico debe de estar en una pijamada.
-¿Revisaste el cuarto?
-Revisé la maldita habitación.
Los escuchó irse y ni siquiera entonces se levantó. Pretendió
dormir, aún bajo la cama. Pretendió soñar. Y luego, abrió los ojos, y
esta es la parte que confesó: bajó a la cocina como si fuera una
mañana cualquiera; eso podría ser todo lo que su cerebro podía
manejar. Como sus padres no estaban haciendo el desayuno, los
llamó, y sólo entonces comenzó a entrar en pánico. Finalmente,
encontró sus cuerpos aún en la cama.
Podría haber corrido hacia el grito de su madre, pero en su lugar se
escondió. Le contó a Pressia que había estado dormido durante los
asesinatos, y había querido creer que eso era verdad. En realidad,
ese día fue la primera vez que debería haber muerto, pero, por
mucho, no la última. El hecho de estar vivo es accidental.
Trepa las rocas y camina al borde del risco. Está oscuro, pero la
luna es brillante. Extiende sus alas y se inclina hacia la brisa. Por un
momento piensa que el viento cesará y que él caerá hacia delante y
volará.
Pero sus alas no lo sostendrían.
Volar. Ese no es el final.
Acaba en polvo y ceniza.
Estaba destinado a ser un mártir, junto a sus padres.
Él tomó prestado este tiempo con sus hermanos—El Capitan y
Helmud. Nunca se supuso que se enamoraría o que alguien lo
amaría a él—Pressia. Cuando piensa en ella, es como si patearan
su corazón fuera de su pecho. Pudo haber muerto con ella en el
suelo congelado de un bosque. Pudo haber muerto unido a sus
hermanos, con su sangre entremezclándose. Pero ninguno de esos
fue el fin.
Aquí, en el risco, ve el final: él yaciendo en el suelo entre el polvo y
las cenizas de su tierra natal y su pecho abierto a desgarrones. La
verdad se eleva de su cuerpo como un moño largo desplegándose,
moteado con su sangre.
¿Cómo pasará? ¿Cuándo?
Sólo sabe que no está muy lejos.
Con el viento atravesando sus alas, siente como si estuviera
corriendo hacia ello— ¿O es el final apurándose para encontrarlo?
Esta vez no se ocultará. Esta vez correrá hacia el grito
No hay comentarios:
Publicar un comentario